La importancia y beneficios del Juego en el Desarrollo Infantil

Jugar es una buena inversión para el futuro. Permite fortalecer, desde temprana edad, el desarrollo de habilidades sociales, emocionales, físicas y psicológicas y, por cierto, permite unirnos con nuestras figuras de cuidado.

Comenzamos a vivir las últimas semanas del año. Vienen las festividades, los reencuentros familiares, las esperadas vacaciones y, por cierto, la finalización del año escolar. Son muchos niños, niñas y adolescentes que, tras largos meses de aprendizaje, de estudio, de tareas y actividades estructuradas, comienzan a cerrar un nuevo año: el necesario tiempo para el descanso, para el ocio, para disfrutar al aire libre y para jugar, está a la vuelta de la esquina.

Como Aprender a Crecer, sabemos que la relación infancia, juegos, desarrollo y aprendizaje es muy fuerte, por tal razón, en el siguiente blog que hemos preparado, queremos compartir con ustedes, padres, madres, figuras de cuidado y profesionales del área, definiciones y autores, que nos permitirán ahondar en los beneficios y enseñanzas que generan los juegos en la vida; revisaremos también, las repercusiones que provoca en el desarrollo infantil el no contar con espacios de juego y, por cierto, nos referiremos, también, a la importancia que tiene que los padres se involucren desde primera edad en los juegos de NNA.

Comencemos… ¿Qué es el juego?

El juego es una de las actividades más importantes en la vida de los niños y niñas, ya que no sólo les proporciona diversión, como se suele asociar, sino que, además, constituye una herramienta muy importante para su desarrollo integral (físico, experimental, de aprendizaje, psico-emocional y social). El juego refuerza la naturaleza creativa de NNA, les permite flexibilizar ideas, expresarse más libremente. Por tal motivo, salir de la rutina estructurada del año escolar y dedicar parte de su tiempo al juego es fundamental para su crecimiento.

Jean Piaget, psicólogo suizo y uno de los teóricos más influyentes en el estudio del Desarrollo Infantil, considera al juego como una herramienta esencial en el desarrollo cognitivo de los niños y niñas, indicando que es un medio para enriquecer e impulsar su inteligencia. En su teoría estructuralista, Piaget, señala que el juego permite a los NNA explorar el mundo y construir conocimientos a través de la interacción con su entorno, definiéndolo como “una forma de aprendizaje más significativa para el niño, ya que le permite interactuar con el entorno de manera activa y participativa”.

Por su parte, María Montessori, pedagoga y científica italiana, conocida por su enfoque educativo centrado en el niño, enfatiza en la importancia del aprendizaje a través del juego y la exploración.
Su enforque educativo, el método Montessori, ve al juego como una herramienta clave para fomentar el aprendizaje significativo en los niños y niñas, enfatizando en que “El juego es el trabajo de los niños. Para Montessori, los niños y niñas aprenden mejor cuando están activamente involucrados en actividades que despiertan su curiosidad. El juego, según este método, promueve la independencia y el desarrollo autónomo.

Ahora bien, ¿Qué ocurre si los NNA no juegan? o como nos preguntábamos en el curso “Programa de Acompañamiento Familiar Territorial y Prevención Focalizada”, recientemente, ejecutado, ¿Todos los niños y niñas juegan? y ¿Qué repercusiones tiene en el desarrollo de un NNA no tener espacios de juego o derechamente, no jugar?
Para referirnos a estas preguntas citaremos Montse Lapastora Navarro, quién en su libro Adopción, Trauma y Juego: Manual Para Tratar a los Niños Adoptados y Maltratados a Través del Juego sostiene que El juego nace en un espacio de intercambio entre el bebé y los adultos que están a su alrededor, en especial su madre y que para que ese intercambio sea posible se requiere, de parte del adulto, una disponibilidad, antes que nada, emocional… El juego se nutre de un eco que se da en ese mismo espacio de intercambio: el adulto alienta, estimula, festeja el juego infantil”
Pero, ¿qué pasa si no existe ese intercambio? Lapastora sostiene que “cuando falta este intercambio, el juego se empobrece y se torna monótono. El adulto está también llamado a modular el juego, tanto como las emociones y la conducta infantil. Si el bebé extiende su exploración hasta fronteras que lo ponen en riesgo, si el niño se altera y parece que va a romper su juguete, el adulto interviene para reducir el riesgo y el daño, pero si el adulto no está atento o reacciona aún más alterado a la alteración infantil, el juego se convierte en peligro”.

Como podemos ver, la relación del niño o niña con el juego, desde primera instancia, desde la primera infancia, es significativa y vital para su desarrollo cognitivo y, que esta relación esté guiada por un adulto es, altamente, necesaria. Sin esta relación, sin este vínculo y aprendizaje desde temprana edad, NNA en sus distintas etapas de crecimiento pueden experimentar desregulación emocional, problemas de aprendizaje, de tolerancia, de lenguaje, de comunicación, de confianza, o autoestima, entre otras.

Según Lapastora (2018), la falta de juego o actividades lúdicas, genera en NNA, falta de risa, juegos pobres o infantiles, no saber perder, no saber disfrutar, no seguir ritmos, no entender ni respetar normas en su intervención con pares, no entender bromas ni humor, hacer trampas, reacciones inapropiadas o descontroladas, miedo a hacer mal las cosas o aislarse.

Beneficios de los juegos en la vida de NNA
(A nivel cognitivo, emocional, social y físico)

Sin juego, niños y niñas podrían tener dificultades para desarrollar ciertas habilidades cognitivas, sociales o emocionales, lo que podría afectar su rendimiento académico, su capacidad para interactuar con su entorno de manera efectiva y su comportamiento, entre otros aspectos de su vida. A continuación, compartimos algunos beneficios que conlleva el interactuar y jugar:
  • Favorece la exploración y aprendizaje. El juego permite a NNA explorar su entorno, resolver problemas y aprender de manera activa. Armar puzles o juegos de construcción fomentan la creatividad y la lógica.
  • Desarrollo del lenguaje. Al interactuar con otros niños o adultos en el juego, amplían su vocabulario, aprenden nuevas palabras y mejoran sus habilidades comunicativas.
  • Regulación emocional. Les permite expresar sus emociones, experimentar diferentes roles y escenarios; aprender a manejar sus sentimientos, lo que es clave para su bienestar emocional.
  • Confianza y autoestima. Al superar desafíos dentro del juego, NNA ganan confianza en sí mismos, desarrollan resiliencia y aprenden a lidiar con el fracaso.
  • Interacción y cooperación. El juego en grupo es fundamental para que NNA aprendan a trabajar en equipo, compartir, negociar y resolver conflictos. Estas habilidades sociales son cruciales para su vida diaria y su integración en la sociedad.
  • Empatía. A través del juego simbólico, NNA pueden ponerse en el lugar de otros, desarrollando empatía y comprensión de las emociones ajenas.
  • Motricidad gruesa y fina. El juego activo, como correr, saltar o trepar, favorece el desarrollo físico y la coordinación motora gruesa. Por otro lado, juegos que implican actividades manuales como dibujar, cortar o modelar con plastilina ayudan en la motricidad fina.
  • Salud física: El juego también promueve un estilo de vida activo, contribuyendo a la prevención de problemas de salud como la obesidad infantil.
Finalmente, es importante reiterar que, como padres, madres, figuras de cuidado y profesionales del área, somos responsables de generar espacios adecuados (los beneficios del juego no son espontáneos) y contextos vinculares seguros, que favorezcan la exploración y la interacción en la diada materna/paterna-filial.

Recordemos que, el juego permite crecer de manera sana y equilibrada y que es ¡una inversión a futuro! Démosle a nuestros NNA el tiempo y posibilidad de jugar, de vivir sus espacios lúdico y por qué no, démonos a nosotros tiempo para explorar y aprender mediante los juegos.

¡Un abrazo!

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