Curso:
Programa de Intervención y Caja de Herramientas Parental para el Fortalecimiento de Competencias Parentales: Aprender a Crecer

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Evaluaciones
Excelente curso, muy provechoso, completo, didáctico y muy bien explicado. Otorga material y herramientas oportunas para la intervención, que facilitan el quehacer profesional, sobretodo, para programas de protección de infancia.
Muchas gracias por todos los aprendizajes que se nos han presentado en este programa de acompañamiento, me deja reflexiones enriquecedoras en torno a la puesta en práctica de los módulos con las familias, lo que sin duda permitirá fortalecer significativamente las competencias parentales/marentales de padres, madres y/o cuidadores/as.
Excelente curso recomendable, amplía la gama de estrategias de intervención.
Considero adecuado y completo el enseñar desde el comienzo de los procesos del funcionamiento humano a nivel biológico y neuronal. Posteriormente se ilustra al lector respecto a los diferentes tipos de apego, el funcionamiento interno de cada ser humano (los 3 cerebros, pasando por el reptiliano, el limbico y neo cortex). Para posteriormente ilustrar al lector respecto las competencias parentales, para luego dedicar de manera diversa y completa los respectivos módulos de la caja de herramientas. Desde la sesión 1 hasta la sesión 14. Considero fundamental y gratificante un curso tan completo y didáctico. Cada modulo y clase me mantenía en constante atención y ganas de seguir aprendiendo. Gracias a los conocimientos adquiridos podré realizar un trabajo de calidad y con bases teóricas con el fin de entregar mejoras y apoyo a la infancia de nuestro país.
Este tipo de formación es sumamente valiosa, no solo porque proporciona herramientas prácticas para mejorar la relación con los niños, sino porque aborda aspectos fundamentales del desarrollo emocional y psicológico tanto de los niños como de los adultos que los cuidan.
Uno de los puntos que más destaco es el enfoque integral que tiene el curso, al combinar teoría con práctica. La manera en que se integra el concepto de mentalización, es decir, la capacidad de comprender los pensamientos y emociones propios y ajenos, realmente me parece una de las bases más poderosas de una crianza saludable. Este enfoque permite a los cuidadores reflexionar sobre sus propias emociones y reacciones, lo que les ayuda a ser más conscientes y a responder de manera más ajustada a las necesidades de los niños.
El tema de la autorregulación somática también me parece muy relevante. Es algo que a menudo se pasa por alto, pero los cuidadores que están más conscientes de cómo sus emociones se reflejan en su cuerpo y cómo pueden regularlas a través de la respiración y el movimiento, tienen una ventaja enorme al interactuar con los niños, especialmente cuando se enfrentan a situaciones emocionales difíciles.
La posibilidad de aprender a adaptarse al temperamento del niño es otra gran fortaleza. Reconocer que cada niño es único y que no existe un solo enfoque de crianza válido, sino que se deben ajustar las expectativas y respuestas a las características individuales del niño, es algo que realmente resalta el curso.
Además, la parte del curso que trata sobre el impacto del trauma y el apego es crucial. Entender cómo las experiencias tempranas de apego pueden influir en el comportamiento y bienestar del niño, así como reconocer la importancia de ofrecer un entorno seguro para los niños que han vivido experiencias adversas, es esencial para una crianza que promueva un desarrollo saludable y resiliente.
En términos generales, considero que este curso no solo es una excelente opción para padres y cuidadores, sino también para cualquier profesional que trabaje con niños. La integración de estos enfoques y herramientas prácticas puede tener un impacto positivo en el bienestar emocional de las familias, promoviendo relaciones más saludables y enriquecedoras.
Si tuviera que señalar un área de mejora, sería ofrecer más ejemplos prácticos o estudios de caso que permitan explorar cómo aplicar los conceptos en situaciones cotidianas más específicas, aunque en general, la metodología participativa y reflexiva ya proporciona un espacio valioso para la aplicación de lo aprendido.
En resumen, considero que el curso es una inversión excelente para cualquier persona que quiera fortalecer sus habilidades parentales y, sobre todo, para aquellos que desean crear un ambiente emocionalmente seguro y de apoyo para los niños.